Con la campaña de vacunación en marcha y la tendencia de casos nuevos y hospitalizaciones a la baja, las principales inquietudes que acompañan a la pandemia de COVID-19 están cambiando radicalmente.
Después de que el Gobierno de México prometiera acelerar la vacunación que se realiza de forma escalada e inmunizar a todos los mayores de edad para octubre de 2021, una pregunta clave atrae el interés tanto de vacunados como de grupos etarios en la fila de espera: ¿Es posible que las personas vacunadas o recuperadas de COVID-19 se infecten y contagien el virus a otros?
A mediados de mayo de 2021, los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades en EEUU (CDC) cambiaron sus políticas sobre el uso de cubrebocas y establecieron que las personas completamente vacunadas podían olvidarse de llevar su mascarilla a todas partes y comenzar un regreso gradual a la normalidad.
La indicación causó polémica y encendió un debate sobre la posibilidad de que las personas vacunadas puedan infectarse (manteniéndose asintomáticos o bien, presentar una enfermedad muy leve en una minoría de casos) y por lo tanto, seguir transmitiendo el virus.
Hoy sabemos que las vacunas desarrolladas hasta el momento son altamente efectivas para evitar la enfermedad por COVID-19, especialmente la que requiere hospitalización.
Inmunidad esterilizante: la clave para frenar la transmisión del virus.
Los datos reales de los países que avanzan más rápido en sus campañas de vacunación demuestran que los contagios y hospitalizaciones descienden drásticamente en los sectores que ya recibieron un esquema de vacunación completa; sin embargo, aún no está del todo claro si todas las vacunas actuales tienen la capacidad de evitar la infección por el virus SARS-CoV-2, es decir, de proveer inmunidad esterilizante.
Un estudio aún sin publicar demuestra que la vacuna de Moderna es capaz de provocar inmunidad esterilizante y por lo tanto, es probable que las personas inmunizadas eviten las infecciones asintomáticas y no sean capaces de contagiar a otras personas.
Además, los datos reales de personas vacunadas con el desarrollo de Pfizer-BioNTech en Israel demostraron que esta vacuna también evita en más del 95 % las nuevas infecciones.
Y aunque ambos indicios apuntan a que ambas vacunas proveen de inmunidad esterilizante, aún hacen falta estudios a largo plazo del resto de inmunizaciones para saber a ciencia cierta qué tan probable es contagiarse a partir de una persona vacunada; no obstante, tomando en cuenta la evidencia actual sobre reinfecciones y carga viral en vacunados, la probabilidad existe, aunque resulta mínima.